Mi asunto con Korn
Si me animara a publicar mi foto en esta página web (olvídenlo, probablemente nunca lo haga), verían con claridad que mi aspecto podría confundir al más prejuiciado y hacerle pensar que muero por Coldplay, Keane, Zen, Libido, Mar de Copas o Andrés Calamaro, y que decoro el muro de mi facebook con frases sacadas de sus canciones. Y no estoy diciendo que esas bandas/solistas no me gusten, pero digamos que si usted me ve caminando por la calle, jamás se va a imaginar que estoy rumbo a depositar unos tickets en un ánfora para participar en un concurso para ganar entradas dobles al concierto de Korn.
Probablemente usted tendría la misma reacción que los chicos que se pararon detrás de mi en la cola del ánfora, mientras yo buscaba meticulosamente en donde tenía que insertar los tres cupones que corté diligentemente a lo largo de tres semanas. En cualquier momento pensé escuchar algo así como "Flaca, te has equivocado de ánfora". Probablemente están pensando que le estoy haciendo el favor a alguien, o que en verdad tengo 15 años pero aparento 24.
¿Y porque voy a ver a Korn? El otro día una amiga me pasó un video de un concierto y quedé extasiada. Eso es a lo que yo llamo un verdadero SHOW. Ahí gritas, saltas, pateas y sudas al mismo tiempo. A Korn le perdí la vista cuando entré a la universidad. Me dejé llevar por la vorágine de Linkin Park y no entendía nada más. Pero cuando me enteré que venían, desempolvé mis gustos pasados para recordar videos, letras, canciones, y todo lo que vino con esa música que no entraba por mis oídos desde que era una adolescente.
A mi Korn me trae recuerdos de tardes perdidas en el cuarto de cierto chico de mi salón del colegio (tardes sanas, eh, nada de lo que se están imaginando, pervertidos), llenándome de bandas y música que me sacó de mis preferencias dudosas (lo diré de una buena vez, solían gustarme los Backstreet Boys...), y que formó parte de mis primeros pasos en el mundo real. No hay vuelta que darle. Tenía que ir. Y vi la oportunidad perfecta en el concurso.
Bueno, para resumir esos chicos me miraron raro. Pero a esta altura de la vida ya me acostumbré a que a la gente no le cuadre mi imagen de chancona del colegio con mis gustos y preferencias en música. Soy el claro ejemplo de que las apariencias engañan y que un libro no se juzga por la portada. Y podría seguir diciendo mas refranes, pero ya no me acuerdo de ninguno.
Algunos clásicos:
Y el video de Twisted Transistor, que me hace reír cada vez que lo veo.