No sé porque en algún momento de mi vida odiaba a Gustavo Cerati. Supongo que no es el momento para indagar en las razones que tenía para detestarlo, pero tanto era mi desarraigo completo por su música que al oír cualquier cosa de Soda Stereo cambiaba la estación de la radio automáticamente.

Que se yo, cosas de mi adolescencia estúpida (tengo la teoría de que la adolescencia nos caga la vida, pero ya será tema de otro post).

Felizmente esa etapa YA FUE. Me hice fan de Soda, seguí la carrera solista de Cerati, fui a sus conciertos, y también al regreso de Soda Stereo, que fue, a pesar de haber asistido ya a varios shows de bandas internacionales, el mejor concierto de mi vida. Nunca volví a sentir esa emoción y amor por la música tan fuerte, y compartirlo con todas las personas que estábamos en el estadio, creo que fue una experiencia increíble...

Pero hoy vengo ha hablar de Gustavo solista, y más en específico, de su último disco de estudio, y una canción que no logro sacarme de la cabeza (tampoco es que trate) desde el día en que lo vi en San Marcos y salté y bailé como siempre hago en los conciertos, y hasta me reí y la pasé de la puta madre.

Rapto es para pararse y bailar. Tiene ese ritmo eléctrico de canción pegajosa que te llama a saltar y aplaudir al ritmo de la batería. Ya bueno, mejor escúchenla ustedes, porque para hablar de música hay que escucharla primero, a todo volumen.

Y este es el comercial de Basement por Gustavo Cerati. Si yo pudiera convencer a mi novio de vestirse así, sería la gloria  elevada a la décima potencia.

PD: Tenía la idea de hacer un suerte de viaje por la música de Cerati, pero con todo lo que ha pasado ahora último me da tristeza. Quisiera que todo le salga bien, no se merece estar así para nada.